
La melancolía innata que brota de los caldenses se alimentaba hace unos años del sentimiento popular, el amor, el desamor, la traición, el recuerdo, la pena, la lejanía, la nostalgia y el ensueño. Sentimientos de frustración que solo el alcohol, el humo y la cantina podían apagar transitoriamente para el otro día volver a empezar ese circulo vicioso.
La geografía tiene mucho que ver con esta forma profunda de sentimiento porque existen penas costeñas diferentes a las “tusas” andinas de cantina que se han conjugado con más relevancia dentro del bolero, un género musical de canciones que nos prometen la felicidad conyugal, el éxito y el triunfo del amor sobre la desgracia. Por eso los caldenses se han identificado con cantantes como Olimpo Cárdenas y Julio Jaramillo especialmente por el machismo del hombre latinoamericano inmerso en su cultura.
El secretario de cultura del Departamento de Caldas, Carlos Arboleda González en una conferencia musical a la que llamó “El elogio a la cantina” realizada el domingo 23 de agosto en el pabellón 14 de la 22ª Feria Internacional del libro de Bogotá quiso rescatar el bolero de Olimpo Cárdenas y Julio Jaramillo como cultura musical de su región pese a que la nacionalidad de estos cantantes es ecuatoriana, argumentando que “En las canciones de ellos no sólo esta escrita la vida afectiva sino que está compendiada sociológicamente la vida urbana y rural de nuestra América”.
Durante su presentación Arboleda da un recuento fugaz a la vida olvidada de Olimpo Cárdenas en el Ecuador pero exitosa en Colombia, así como el triste partir de un hombre como Julio Jaramillo cuya bohemia y vida desorganizada, resultado de sus no esperados éxitos que lo lanzaron muy rápido a la fama cuando no estaba psicológicamente preparado acabaron con su salud, muriendo de cirrosis a los 43 años.
En la conferencia se invitó a los 250 asistentes para que desempolvaran los viejos “Long play” que se escuchan en la región cafetera y así dejar esa idea de música de cantina y arrabal. Algo muy difícil de lograr en especial cuando esa es la idiosincrasia del eje cafetero y aún más cuando el mismo Secretario de Cultura caldense en plena conferencia bebía tragos de licor servidos de su botella personal, además que aprovechó para promocionar su libro En un rincón del alma, viaje al corazón del bolero que siembra dudas en sus verdaderas intensiones de la realización de dicha conferencia. Aunque finalmente afirmó para CultivArte, que eso no era lo propuesto.
Entrevista al Secretario de Cultura del Departamento de Caldas. |
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