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Ángela Barragán


Colombia ha sido un país que ha sufrido por el narcotráfico, por la violencia, por la delincuencia común, por tener poderes corruptos al mando de la nación, pero también es cierto que ha recibido danzas muy enriquecedoras para el desarrollo y crecimiento de nuestra cultura como el Ballet o la danza contemporánea.
Nuestro país se distingue por ser culturalmente diverso, lo que favorece a una riqueza humana, natural, expresiva in imaginable, fortaleciendo continuamente el espíritu del ser colombiano.

Para Claudia Vargas, bailarina  del ballet nacional de Colombia Sonia Osorio cree que esta es la oportunidad para que el arte o las danzas fuertes se llenen  de conocimiento y sabiduría ya que les ayudara a reconstruir y proyectar la COLOMBIA de hoy para las presentes y futuras generaciones.
Esta bailarina con más de 15 años de experiencia en la danza contemporánea, con apenas 27 años, nos habla un poco de su pensamiento sobre esta danza que la llenado de muchos logros para su vida.

La danza contemporánea es una revelación al ballet clásico, donde permitió mas libertad en sus pasos, sus coreografías y sus posturas al momento de expresar  mensajes cotidianos vivenciales en el escenario, permitiendo recuperar la historia, “nuestro origen” llevándonos a recopilar desde lo mas primitivo hasta lo moderno para representarlo.

Para Claudia el tener la habilidad de moverse tan flexiblemente una de las exigencias de esta danza, es haberse consagrado desde que tenia 3 años de vida  al baile y la gimnasia, donde empezó a conocer  la rigurosa disciplina a la que iba estar sometida toda su vida para alcanzar una técnica casi perfecta en el desarrollo de su carrera artística. “Esta danza requiere de mucho entrenamiento para poder comunicar los mensajes de manera precisa sin aburrir al público y cautivándolo en cada movimiento con el cuerpo”.

Aunque esta bailarina reconoce que uno de los factores que mas le gusta de la danza contemporánea es la afinidad que tiene con el teatro ya que puede improvisar sobre las situaciones que se presentan sobre la marcha  y de esta forma hacer más interesante la escena, retoma parlamentos y diálogos que se utilizan comúnmente en el teatro para complementar lo que quieren decir con el cuerpo. Sin dejar a un lado la forma en que pueden jugar con la música, de tal manera  que los sonidos que son puestos en escena sincronizan al mismo tiempo tristeza, alegría o alguna emoción que el bailarín pretenda transmitir, además de sonidos cautivadores que juegan mucho con la sensualidad y el cuerpo de la mujer.

Esta joven que da la vida por la danza, reconoce que En nuestro país no existen muchas academias dedicadas a manejar esta técnica, pues en Colombia el folclor siempre ha tenido prioridad sobre el resto de danzas, y esto ha traído como consecuencia que las personas desconozcan sobre otras,  en las cuales también se pueden formar como muy buenos bailarines, ya que es una propuesta  muy interesante, y aunque para las personas que desconocen la danza contemporánea, puede ser complejo entender qué quieren mostrar los bailarines, el escenificarlo en situaciones y lugares cotidianos, facilita y genera una relación “la danza contemporánea es una conexión de energías muy profundas, es por eso que es tan difícil apreciar un espectáculo “ afirma Claudia.

En la actualidad COLOMBIA propone un auge en el desarrollo de la danza, la cultura, el conocimiento, a través de los esfuerzos de instituciones, personas y comunidades que creemos y confiamos en las fuerzas de la vida, para recrear continuamente nuestros sueños hacia una COLOMBIA nueva, humana y siempre mejor, así concluye esta joven bailarina.



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